Delhy viaja por el mundo
Tras una exposición de Delhy Tejero en Valladolid
Me encontré inesperadamente con ella
en el museo Patio Herreriano:
maravilla, color, amplitud, conmoción.
Un guía experto detallaba pinceladas,
ideas, generosidad biográfica,
una mujer espléndida en su unicidad:
atravesó corrientes pictóricas, experimentó,
viajó, sorteó la guerra, se impregnó de cuanto observaba
desdibujó los horrores difuminados,
transitó entre el surrealismo y el cubismo,
llegó a la isla de Capri para dibujar las sirenas odiseicas.
La luz y el color estaban en sus viajes,
en los tipos marroquíes, en las callejas y el barro
de un paisaje que no ha cambiado tanto.
Delhy elegante y libre fue una flor de Castilla
una artista sublime en un tiempo incómodo,
inmortal viajera que habitó en los detalles.