Cada día
Cada día es un tesoro que esconde tesoros:
magia, belleza, misterio, sorpresas,
pequeñas perlas estimulantes,
hilos por los que viajar y continuar.
Inmersos en sobrevivir, apenas
alcanzamos a vislumbrar nuestra vida,
estiramos el tiempo y lo estamos encogiendo,
apenas leemos o reflexionamos,
ocupados en inventar eventos,
en sumergirnos en una vorágine
que nos impida pensar en la decadencia.
Cada día es una maravilla de imágenes,
ideas, textos breves de conocimiento
o recreo de los sentidos,
pero también de dolor y contrariedad,
de menoscabo personal o de decepción.
Cada día está plagado de noticias a toda página,
novedades efímeras voceadas
que duran un instante,
intercambiadas por otras aleluyas,
indignación real o fingida,
abismos que no conocemos pero imaginamos.
Cada día es un tesoro inapreciable,
una palabra o la voz amiga que te destaca,
un cómputo inaprensible de pensamientos,
una suma inabarcable de acciones,
la sensación de ser protagonista
en el interior diametral de unos palmos.